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AROMATERAPIA Y LAS BACTERIAS

by in Salud natural abril 9, 2021
Unas cifras escalofriantes

España es el primer país del mundo en consumo de antibióticos y se calcula que la resistencia a ellos es la causa de más de 35.000 muertes al año (1). Además, los pronósticos son alarmantes: la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la tasa de éxito de numerosas intervenciones quirúrgicas podría verse reducida por no existir una antibioterapia eficaz en el postoperatorio.

La resistencia a los antibióticos se ha convertido en un verdadero problema de salud pública, ya que afecta al tratamiento de numerosas patologías como la tuberculosis, la cistitis, la otitis o las anginas. De hecho, los médicos están preocupados, porque se les están agotando las soluciones. ¿Y si el futuro estuviese en las plantas?

La situación se ha vuelto crítica. En todo el mundo, los científicos trabajan sin descanso para poner freno a la resistencia a los antibióticos. Por suerte, se está vislumbrando una posible solución. Y es que recientes estudios demuestran que combinar un aceite esencial (AE) con un antibiótico permite potenciar los efectos de este último. En ese sentido, el profesor marroquí Adnane Remmal,  inició unas prometedoras investigaciones con el objetivo de poner a punto un medicamento que utilice esta sinergia entre lo natural y lo sintético. Su objetivo: que los antibióticos vuelvan a ser eficaces contra bacterias que se han vuelto resistentes.

¿Y si unas pocas gotas pudiesen salvarnos? Los poderes antibacterianos, antivíricos, antifúngicos y antiparasitarios de los aceites esenciales han sido demostrados por numerosos estudios científicos. 

Y es que contienen ciertas moléculas especialmente interesantes como fenoles, aldehídos aromáticos, alcoholes terpénicos o potentes óxidos. Pero ojo, los fenoles pueden resultar tóxicos para el hígado y causar quemaduras en la piel y las mucosas, como también ocurre con los aldehídos aromáticos.

 Para evitar que esto pase es necesario hacer un uso moderado y controlado de los AE, teniendo en cuenta que la gran mayoría de ellos no deben usarse nunca puros sino diluidos al 50% (al menos) en un aceite vegetal (AV). 

Aprenda a conocerlos

Entre los aceites esenciales ricos en fenoles destacan los de orégano y ajedrea, que contienen carvacrol. Los de tomillo cuentan con timol y los de clavo con eugenol. Tome 2 gotas 3 veces al día, diluidas en una cucharadita de miel o de aceite vegetal de base, durante 5 ó 6 días (ojo, tenga en cuenta que su uso está desaconsejado en las personas con propensión a padecer del hígado). Durante el tratamiento se recomienda tomar con regularidad una infusión de romero a razón de 30 g de hojas y flores secas en 1 litro de agua para apoyar al hígado en su función de drenaje. Filtre y tome 2-3 tazas al día. 

El aldehído aromático más representativo es el del AE de canela de Ceilán, que contiene cinamaldehído. Los aceites esenciales de árbol de té, de tomillo linalol o tujanol y de palmarosa tienen una alta concentración de diferentes alcoholes terpénicos. En cuanto al AE de ravintsara, forma parte de la familia de los óxidos. 

Orégano, el AE estimulante

Del orégano (Origanum compactum) se destilan las sumidades floridas, de inflorescencias compactas. Es un aceite esencial antibacteriano muy potente, antiparasitario, que estimula las defensas inmunitarias y es tónico general. Se aconseja en caso de infecciones bacterianas de tipo otorrinolaringológico u ORL (anginas, otitis…), respiratorias (bronquitis) o urinarias (cistitis). Al tener una acción antivírica notable, es recomendable para evitar resfriados o gripes. Atención: su posible toxicidad para el hígado y la piel hace que sea desaconsejable para las personas con trastornos hepáticos y en aplicación tópica directa. Para usarlo sin problemas se aconseja tomar el AE de orégano en forma de cápsulas con las comidas. Estos complementos siempre se presentan altamente diluidos en AV. Siga las indicaciones y dosis del laboratorio.

Tomillo timol, el AE tonificante

Del tomillo (Thymus vulgaris CT timol) se destilan las sumidades floridas. Es un aceite esencial antibacteriano muy potente y, además de ser un gran tónico general y del sistema inmunitario, es un analgésico muy apreciado en caso de inflamación de las mucosas. También este AE se aconseja en caso de infecciones bacterianas de tipo ORL y respiratorias, especialmente si son recurrentes, o digestivas (gastroenteritis). Puede tomarse por vía oral a razón de 2 gotas 3 veces al día diluidas en una cucharadita de miel, durante 5 a 6 días, o diluyendo 2 gotas en 5 ml de AE de jojoba (una cucharadita). Atención: al ser dermocáustico (irritante para la piel) y hepatotóxico se desaconseja en las personas con trastornos hepáticos.

Canela de Ceilán, el AE que puede con todo

Se destila la corteza. La canela de Ceilán (Cinnamomum zeylanicum o verum) también recibe el apodo de “Atila del aroma”, ya que mata todo a su paso: bacterias, virus, hongos y parásitos. Es un potente tónico y se recomienda en caso de infecciones bacterianas, especialmente intestinales (gastroenteritis) y urinarias (cistitis). Atención: el AE de canela es dermocáustico, por lo que debe diluirse antes de usarse.

Árbol de té, el AE inmunoestimulante