Con la llegada del calor del verano, las altas temperaturas favorecen la dilatación venosa, provocando que el retorno venoso se vea afectado y en consecuencia generando la sensación de pesadez en las piernas.
Provocando síntomas como adormecimiento de las piernas, cansancio, hormigueos, picor, inflamación y rampas, resultando sumamente molesto para aquellas mujeres que lo padecen, estas son sensaciones que ninguno quiere sentir, que queremos evitar, pero que no siempre sabemos como hacerlo.
Dado que la prevención es más sencilla que el tratamiento, os recomiendo que comencéis a cuidarlas antes de llegar el verano.
La vida moderna no deja de pasar factura a nuestra salud.
Los trabajos en los que se pasa muchas horas de pie, el sedentarismo, la falta de ejercicio físico, la mala alimentación e incluso los peajes de la moda (llevar zapatos de tacón o pantalones demasiado ajustados) son algunos de los factores responsables de un nuevo mal de nuestro tiempo: los problemas de CIRCULACIÓN SANGUÍNEA PERIFÉRICA.
Puede ser que no los conozcamos por este nombre, pero si hablamos de piernas hinchadas y doloridas, con arañas o incluso varices seguro que sabes a qué me refiero.
Es un mal generalizado que sufren más de nueve millones de personas en nuestro país, especialmente las mujeres, y que va más allá de las típicas “arañas” venosas que se esconden con una faldita más larga y listo.
Pero hoy no pretendo hablar del problema, sino de su solución. Y el mensaje es doblemente esperanzador:
De un lado, porque la solución es natural y tremendamente eficaz para prevenir y tratar los problemas de circulación periférica.
Y por otro lado, porque le permitirá plantar cara de forma global a todos sus síntomas a la vez: dolor, cansancio, pesadez, retención de líquidos, inflamación, edemas y mala circulación.
